La algarabía de los refugiados fue notoria al ver llegar a Bolsonaro. Y es que el mandatario se ha convertido en un defensor de la lucha frontal contra el socialismo. Una ideología que ha empobrecido y expulsado de sus hogares a los venezolanos, por el hambre que causa.

El hambre que sufre Venezuela es por causa del socialismo, que no solo empobrece a las naciones que controla, sino que además gasta recursos en propagarse en naciones vecinas, entre ellas Brasil. Así lo destacó el presidente Jair Bolsonaro durante su visita a un albergue de refugiados en la frontera con el territorio dominado por el régimen chavista.

Fue su primera visita a la Operação Acolhida (Operación Acogida), situada en Roraima, la entrada principal de venezolanos. Gran parte de quienes viven allí son indígenas amazónicos desplazados por la falta de atención médica y recursos, a Brasil.

La algarabía de los refugiados fue notoria al ver llegar a Bolsonaro. Y es que el mandatario se ha convertido en un defensor de la lucha frontal contra el socialismo. Una ideología que ha empobrecido y expulsado de sus hogares a los venezolanos, por el hambre que causa.

El financiamiento de regímenes socialistas terminó con Bolsonaro

Tras la caída del Muro de Berlín la izquierda internacional se reorganizó en el Foro de Sao Paulo. Esta vez no para hacer la lucha armada del siglo XX, sino para tomar el poder por la vía «democrática». Brasil brindó una posición geográfica privilegiada, al tener frontera con casi todos los países de Sudamérica. Mientras tanto, Venezuela, dotada de petróleo, sumó los recursos necesarios para financiar la lucha.

Eso terminó con Bolsonaro al mando. Durante los años que el Partido de los Trabajadores estuvo en el poder, Brasil financió al régimen de Hugo Chávez y luego Maduro, también de los Castro en Cuba.

Por medio de los impuestos de los contribuyentes, en BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) Brasil financió infraestructura en ambos regímenes socialistas. Además, Brasil actuó como garante frente a préstamos internacionales y pagó las deudas de Cuba, tras fallar el régimen a sus compromisos.

Además, por medio de Odebrecht, la empresa constructora involucrada en escándalos de corrupción en todo el continente, los regímenes socialistas obtuvieron. Como parte de su convenio de prisión domiciliaria, el gerente Marcelo Odebrecht brindó información y confesó cómo Lula Da Silva priorizó a Cuba en la concesión de obras, siendo la más destacada la expansión del Puerto de Mariel que costó 957 millones de dólares.

Es decir, por años Brasil financió el enriquecimiento de los líderes de la revolución socialista que a su vez empobrecieron a la sociedad civil, empujando a millones al exilio.

Por eso y más, Bolsonaro conversó con el ministro consejero de Venezuela, Tomás Silva, a cargo de negocios, sobre la grave situación humanitaria de Venezuela.