El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el lunes (22) que la FDA, la agencia reguladora de medicamentos del país, notificará a los médicos sobre un posible aumento del riesgo de autismo infantil asociado con el uso de paracetamol (acetaminofén) durante el embarazo.

«Tomar Tylenol no es bueno. Les aseguro que no es bueno», declaró Trump repetidamente durante el anuncio. Según él, las autoridades sanitarias del país recomendarán que las mujeres embarazadas eviten el medicamento a menos que sea «estrictamente necesario».

El paracetamol es uno de los analgésicos y antipiréticos más utilizados en el mundo, utilizado para tratar el dolor y la fiebre. También se reconoce su uso seguro durante el embarazo, ya que las mujeres embarazadas no deben usar antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno.

En el caso del paracetamol, aunque es seguro y puede ser utilizado por mujeres embarazadas con receta médica, se está estudiando cada vez más el riesgo de su impacto en el desarrollo fetal.

En Estados Unidos, el medicamento se vende bajo la marca Tylenol, producida por la farmacéutica Kenvue, escindida de Johnson & Johnson en 2023. La compañía incluso declaró el lunes que no existe «base científica» para la asociación con Trump.

El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos declaró que «estudios previos no muestran evidencia clara que demuestre una relación directa entre el uso prudente de acetaminofén durante cualquier trimestre y problemas de desarrollo fetal».

Sin embargo, las directrices del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido establecen que el acetaminofén es el analgésico de «primera elección» para las mujeres embarazadas. «Se toma comúnmente durante el embarazo y no daña al bebé», afirman las directrices británicas.