De los 850 estudiantes que cuenta la escuela de Comercio Nº 5 de San Javier, 20 son alumnos con discapacidad, esto se debe a partir de la resolución 311/16 del Consejo Federal de Educación, que establece que las personas con discapacidad tienen derecho a estudiar en escuelas comunes y a recibir los apoyos que sean necesarios para aprender y participar y, además, que aquellos que cuenten con su Certificado de Escolaridad Primaria deben ser inscriptos en las Escuelas de Nivel Medio.
Para la Escuela de Comercio N.º 5 la inclusión de alumnos con discapacidad es todo un reto, hay que luchar contra el desconocimiento que es el principal obstáculo, “estamos aprendiendo junto a los especialistas de la Escuela Especial N° 14 que nos acompañan, los padres, y los docentes que aportan distintas estrategias”. Decía la vicedirectora María Elena Truquín
Patricia Torres Directora de la Escuela Especial Nº 14 comentaba que en este breve lapso desde el inicio del año escolar es posible apreciar como auspicioso el trabajo en conjunto de las dos instituciones involucradas, Escuela de Comercio N° 5 y Escuela Especial N° 14, “Realmente estamos muy sorprendidos de la predisposición de los docentes para llevar adelante esta tarea, la integración social de los alumnos con discapacidad, la buena recepción y naturalidad con que sus pares los integraron” comentaba.
Desde la Dirección de la Escuela de Comercio nº5 explicaban que luego de realizado el diagnóstico inicial, todo el personal afectado se encuentra elaborando el Proyecto Pedagógico Individual (PPI) el cual tiene en cuenta las necesidades del alumno y busca favorecer su aprendizaje eliminando las barreras que pueda encontrar en los programas de estudios.
El PPI se ira actualizado durante el año escolar y esta redactado en lenguaje claro. Por ende, los alumnos deberán ser evaluados y calificados únicamente de acuerdo con ese PPI. Esas evaluaciones y calificaciones determinan el pase de año o de nivel.
La inclusión de alumnos con discapacidad genera diferentes opiniones, pero los expertos concluyen que, en un contexto ideal, todas las personas con discapacidad deberían poder ser incluidas en la escuela común, siempre con el apoyo y el trabajo conjunto con una escuela especial. El camino es ese, pero es complejo. Es fundamental, para esto, la adaptación de las instalaciones, la capacitación docente, el trabajo en conjunto de las maestras comunes y especiales, pero, por sobre todas las cosas, es clave tener la voluntad de hacerlo.