Un argentino, inspirado por la llegada del hombre a la Luna, promovió la fecha para que se convierta en una oportunidad para juntarse y celebrar la amistad. La historia

El 20 de julio de 1969, un hombre pisó la Luna por primera vez. Ese día Enrique Ernesto Febbraro tuvo una idea repentina: conectarse con el resto del mundo a través del envío de cartas. Fueron 1.000 mensajes los que envió. Todas a diferentes personas de diversos países. La respuesta no tardó en llegar: 700 individuos le respondieron su misiva y, de esta forma, quedó instalada esta fecha como el Día Internacional del Amigo.

«La amistad es la virtud más sobresaliente porque es desinteresada», decía Enrique Febbraro, un porteño que hizo de todo, y que pasó a la historia como el responsable de que todos los 20 de julio se festejen el día del amigo.

En 1972 registró su idea en el registro de la propiedad intelectual, que donaría al Rotary Club, del que era miembro.

En 1979, el Decreto 235 del gobierno de la provincia de Buenos Aires, establecía: «Auspíciase la celebración del Día Internacional del Amigo a realizarse el día 20 de julio de cada año».