Se trata de un pesebre cuidadosamente elaborado por feligreses de la Parroquia San Francisco Javier, casi una obra de arte, con características únicas y que recrea paisajes autóctonos e intenta renovar esperanzas.
EL Pesebre 2020
Querida comunidad: Queremos renovar la esperanza…
…Si, Nuestros corazones se preparan para recibir al niño Dios.
El Pesebre, esta vez, tiene aromas, colores, texturas y sabores muy nuestros…El equipo encargado quiere expresar con esta obra “a Dios con nosotros” y animarnos a no perder la esperanza.
La Sagrada Familia y los demás personajes son muñecos que nos despiertan ternura y nos remontan a la inocencia de la niñez tan amenazada hoy desde el vientre materno.
No Hace frio, no hay nieve…
Hay calor de hogar, calor de amor.
Los ceibos florecidos aguardan en el monte la venida de ese niño, por eso nos acompaña una planta de ceibo, creemos que si la historia se comenzara a contar por estos lugares este sería el árbol navideño.
Las cascadas que vemos, cantan un villancico de agua, para acunarlo.
Los cultivos silenciosos esperan ese lucero que ilumine de luz la noche.
En los sencillos hogares una ollita negra cocina los sabores más sabrosos. Acompaña la ollita, una pava, vestida de carbón…esa que es capaz de cebar los más deliciosos mates, que son símbolo de amistad, de bienvenida, del compartir.
Veremos en él, detalles hechos con barbijos, recordándonos un tiempo de sufrimiento que queremos y anhelamos dejar atrás transformado en algo positivo para todos.
…y en el árbol, angelitos negros y blancos, para decirnos que ante el niño Dios todos tenemos la misma condición, que su amor y salvación nos alcanza a todos ¡Benditos los corazones capaces de amar, más allá de las diferencias!
Hay un galpón sencillo de chacra, que se convirtió en establo para darle albergue al niño, a su familia y a todos los que quieran regalarle su amor…
En el pesebre, nuestra salvación hecha ternura… El amor en su máxima expresión, la paz, la esperanza, el cuadro perfecto…