A pesar de las mejoras el acceso al Cerro fue muy complicado, las refacciones ayudaron ampliamente, pero la cantidad de vehículos que circularon superó cualquier expectativa, en un futuro se deberá mejorar el estacionamiento que por ahora no dio abasto.
Con el correr del tiempo el Cerro Monje se fue convirtiendo en un lugar de atracción para una multitud heterogénea y creyente, que llega los días jueves y viernes Santo, con el fin de agradecer, de aliviar sus males, de reafirmar la Fe, y otros de hacer conocer la leyenda y la incomparable belleza del paisaje que desde el cerro se divisa.
Desde la Parroquia se destacó la gran cantidad de gente que visitó el Cerro Monje y el sentimiento de Fe que se transmitió a través de la representación del Vía Crucis Viviente «Felicitaciones a estos Jóvenes, Dios quiere que ésta vivencia, les marque su vocación de cristianos definitivamente, si hay una escena emotiva en el Evangelio es esta, el relato de la Pasión» exclamó el padre Narciso