Desde la cooperativa agrícola de Montecarlo indicaron que hay demanda insatisfecha, tanto en el mercado de la raíz fresca como en el de fécula.
Los precios en los demás países productores también soy altos, lo que hace que el material que se importa no esté planchando los valores en el mercado interno. Advierten respecto a la necesidad de planificar la producción para evitar ciclos de sobreoferta que perjudican a los colonos.
La producción y los precios de la mandioca se caracteriza por sus vaivenes. Cuando el material escasea, los precios aumentan y con ello también se incrementa la superficie implantada. Cuando las nuevas hectáreas
entran en producción, los precios vuelven a bajar. Otro elemento que entra en juego en la ecuación, a veces
de manera decisiva, es la fécula importada que cuando ingresa a precios muy bajos genera estragos en toda la
cadena productiva.
Desde inicios de 2014 hasta mediados de 2016 todas las variables conspiraban contra la producción
y la industria local: ingresaba material importado desde Tailandia, Brasil y Paraguay a precios que estaban
por debajo de los costos de producción local, las ventas de almidón misionero se redujeron dramáticamente,
las plantas de Montecarlo y Puerto Rico trabajaban a turnos reducidos y los galpones desbordaban de
material sin vender.
La situación cambió dramáticamente en 2017, los precios de la fécula importada aumentaron y
el mercado interno volvió a requerir producción local, de calidad muy superior a la que viene de otros países.
Rápidamente la demanda absorbió toda la producción de fécula que había en stock y los
industriales volvieron a requerir mandioca a sus productores.
El problema es que muchos habían abandonado la actividad ante el panorama poco alentador
de años anteriores, además el incremento en la demanda de mandioca para la elaboración
de fécula coincidió con un pico de precio de la raíz fresca. En ese contexto, a la industria
se le dificultó abastecerse de materia prima y los precios se dispararon.
«Siempre estamos en contra de la libre importación pero si hoy no se importan fécula
no hay forma de abastecer al mercado interno en el país. La producción interna está muy
por debajo de la demanda este año», reconoció Carlos Lang de la Cooperativa Agrícola Mixta de Monte Carlo.
«Durante 2017 hubo faltante de raíces y vino gente pagando cualquier cosa.
Se pagó más caro por la raíz fresca que por la fécula, los productores vendieron todo y nos quedamos
sin materia prima para elaborar fécula», explicó.
Para el cooperativista, este será un buen año para quien tenga mandioca porque «hoy traer
fécula de afuera sale más caro que elaborarla localmente, incluso pagando muy bien al productor
por su materia prima. Estimamos pagar este año 3.500 pesos la tonelada, un número importante para el productor»,
consideró.