Por Avenida Centenario, en cercanías al complejo habitacional de Villa Cabello, vivían en condiciones de extrema vulnerabilidad en una franja destinada a ser calle. Fueron trasladadas a viviendas del IPRODHA en el Barrio Sol de Misiones.
“Sólo quién vive como nosotros sabe por lo que se pasa y lo que significa ir a una casa de verdad”, así resumió Natalia Machuka el sentimiento compartido de las 10 familias de la Chacra 158 (sobre la Avenida Centenario, casi Eva Perón) durante el operativo de traslado de sus pertenencias a las nuevas viviendas que le fueron asignadas en el Barrio Sol de Misiones de la ciudad de Posadas.
La relocalización de este grupo se concretó en la mañana de hoy (viernes 6) en el marco del Programa de Regularización de Villas y Asentamientos Precarios que el Gobierno Provincial canaliza a través del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA), tanto en la capital misionera, como en localidades del interior, siendo el común denominador las familias que viven en condiciones de extrema vulnerabilidad en terrenos que presentan irregularidad dominial, generalmente de larga data.
En el caso concreto de la Chacra 158, los 10 vecinos reubicados estaban asentados en la vía pública desde hace más de 20 años. La calle ocupada es la Nº 145 comprendida entre la Avenida Centenario al Norte y la calle 42 al Sur, zona cercana a los complejos habitacionales de Villa Cabello.
La directora de Inclusión Laboral del IPRODHA, Lucia Bauman, explicó que “Se trata de familias con un nivel socioeconómico bajo, la mayoría subsiste con menos de dos salarios mínimo vital y móvil. Los jefes de familia del barrio se caracterizan por pertenecer en su gran mayoría al mercado del trabajo informal desempeñándose como trabajadores independientes sobre todo en el rubro de la albañilería. Con respecto a las mujeres, predomina el empleo doméstico, las asignaciones universales por hijo y algún otro tipo de Plan Asistencial.
Las viviendas se caracterizan por ser precarias, se encuentran en malas condiciones y están construidas con materiales de baja calidad, la mayoría de ellos deteriorados. El principal factor de vulnerabilidad es la ocupación de la vía pública y las condiciones del suelo sobre el cual se encuentran instaladas las precarias viviendas. Un suelo sin absorción, inundable, con las cloacas a cielo abierto. Otro fuerte indicador de la inestabilidad de las viviendas es la predominancia de baños tipo letrinas, ya que se han registrado en un 80% a partir de los datos relevados.
En cuanto a los servicios, predominan en su mayoría las conexiones eléctricas clandestinas, implicando esto un alto riesgo de siniestros en las precarias viviendas, así como las conexiones clandestinas de agua.
Bauman observó que “Si bien los ocupantes irregulares comprendidos en toda la chacra son alrededor de 70 familias. Muchos de ellos se encuentran sobre terrenos privados u otros espacios no prioritarios para la relocalización en este momento. Se logró acordar con estas 10 familias, ya que las mismas ocupan una calle completa, y liberando la misma se logra, además de mejorar la calidad de vida de esas familias, avanzar sobre la trama urbana de la ciudad, promoviendo la apertura de calles”, precisó la responsable de la oficina de Inclusión Laboral del Instituto.
Natalia Machuka y sus tres hijos: Nicol (14); Priscila (13) y Fabricio (8) fue una de las relocalizadas de hoy. No ocultó su emoción en medio de la mudanza y se dejó ver en varios momentos con sus claros ojos empañados. “Es que ustedes no saben lo que significa para nosotros. Hace 12 años que vivimos acá, yo me separé y no tenía donde ir, llegue por una amiga acá. Una señora me alquilaba la casita que era de tablas y más adelante me vendió en cuotas, todo de palabra, nunca tuve algún papel. Yo trabajo de empleada doméstica y tengo un plan y así fui comprando nuestros muebles y cosas para la casa. Se me partía el corazón cuando mis hijas iban a visitar a las amigas y tenían en sus casas baños instalados y agua adentro, ellas pobres se tenían que lavar de tacho y acarrear el agua desde la canilla pública. El olor de la letrina los días de humedad era muy fuerte y ellas me pedían cuando nos vamos a mudar mami, yo les explicaba que sólo Dios nos podría dar otro lugar, porque yo trabajo toda la semana, pero alcanza sólo para mantenernos….Y Dios nos dio, a través del gobierno la casa….Vamos a cuidar y ya me ordené para pagar la cuota todos los meses, así con los años será nuestra y mis hijos tendrán de herencia la vivienda…estoy feliz”, concluyó la mujer de 36 años relocalizada y beneficiaria de una vivienda del IPRODHA.
Cabe acotar que sólo en la ciudad de Posadas, a la fecha el Programa de Regularización de Villas y Asentamientos Precarios dio solución a alrededor de 1.300 familias.»