Cuando se acerca Semana Santa en la región del alto Uruguay comienzan las leyendas y las historias que conectan el místico «CERRO» con su creador el «MONJE»»¢ Algunos cuentan que el Monje que apareció y creo este lugar, se mantenía en silencio y soledad con una estricta dieta durante toda la cuaresma, afirman que llegaba con su cuerpo muy debilitado al Sagrado Viernes Santo, e incluso a veces su cabeza le daba vueltas por el hambre, pero su espíritu estaba más fortalecido que nunca y podía hablar directamente con Dios y su voz agradable y melodiosa revelaba los misterios de la vida.
Este hilo invisible que atrae a los peregrinos en el Cerro Monje se llama «FE» y San Pablo nos enseña que: «Las cosas invisibles son de Dios, de su eterno poder y su deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas hechas» (Romanos 1:20).
Don Benedito comentaba «El Monje cocinaba en una olla bien chiquitita, donde comían varias personas y siempre sobraba comida, también cuando estaban trabajando en la construcción de la capilla y se encontraban con una madera muy pesada para alzar, que creían que no podían levantarla, llamaban al Monje que decía estas palabra HAGAN FUERZA CON FÉ, QUE YO TE AYUDARE y alzaban las maderas con mucha facilidad».
Cuentan además que en la espesura de la selva que rodea el Cerro Monje, existen animales que preservan los misterios del Cerro Sagrado, dice que hay una víbora y un yaguareté quienes fueron encargados por el Monje de preservar el lugar.
Innumerables anécdotas de fe y convicción sobre los milagros del Monje en el Cerro Sagrado, quizás venga de esa fe inquebrantable la cantidad de peregrinos que se acercan a este lugar en Semana Santa en San Javier.