El reciente debate presidencial, crucial para determinar al próximo líder de los argentinos en el balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei, ha generado opiniones divergentes sobre quién logró una ventaja convincente ante el electorado y la opinión pública.
Desde mi perspectiva, el debate no arrojó resultados contundentes, y creo que el verdadero ganador se revelará después de las elecciones del 19 de noviembre. En mi opinión, será aquel candidato que haya generado mayor credibilidad entre la población. Al revisar las opiniones de los principales medios de comunicación, percibí que se inclinaron hacia el candidato más elocuente, pero sinceramente creo que la percepción de la gente común difiere. En realidad, el gran triunfador será aquel al que la población común haya creído; hablar correctamente no es suficiente, también es crucial ser creíble.
La credibilidad constituye el fundamento del liderazgo. Quien busca inspirar y persuadir a la gente para que siga un rumbo o alcance metas comunes debe ser confiable y, por ende, creíble. La habilidad para expresarse adecuadamente no basta; para fortalecer la credibilidad, un líder o comunicador debe no solo alinear sus palabras, sino también respaldarlas con actos coherentes, basados en principios y valores claros. Por lo tanto, el verdadero vencedor del debate será aquel que logró convencer a la gente, ya que los grandes medios ya no tienen el mismo poder de persuasión.