Si nos preguntan cuáles son los platos tradicionales argentinos, probablemente nombremos las empanadas, el asado y el locro. Sin embargo, estas recetas no se comen a diario, tal vez el más recurrente sea el asado de los domingos.
Pero si hablamos de la comida que realmente consumimos los argentinos, probablemente la respuesta sea otra: la milanesa. La mayoría de las familias las incluye en la mesa más de una vez por semana y ni hablar en los restaurantes.
Aunque el origen de este plato no es argentino, de alguna manera, a lo largo de la historia, hemos conseguido adoptarlo como propio. En esta nota, repasaremos por qué las milanesas son tan queridas en Argentina.
¿Cómo llegaron a nuestro país?
Si bien no existe una certeza acerca de su origen —Milán o Austria—, sí sabemos que llegaron a nuestro país con las olas inmigratorias. La mayoría de las recetas que consumimos hoy son el resultado de la fusión de la gastronomía importada con los ingredientes y costumbres de nuestro país.
Se cree que los antepasados de la milanesa pueden ser la cotoletta a la milanesa y el escalope vienés. La primera receta consiste en una costeleta con hueso rebozada en pan y frita en manteca. El escalope, por su parte, es un bife cubierto con harina y frito en aceite.
Es así que, probablemente, la milanesa provenga de Europa. Sin embargo, obtuvo su ciudadanía argentina cuando se incorporaron los cortes de carne locales: aguja, bola de lomo y nalga. De esta manera, adoptamos este plato que le daba a nuestra tan preciada carne un sabor diferente y delicioso.
Los ingredientes que amamos
Una buena explicación de porqué esta comida es tan popular en el país son los ingredientes que la componen. Es sabido que la base de la pirámide alimenticia argentina es el pan, presente en la mayoría de nuestras recetas.
La carne argentina, por otro lado, es uno de los productos representativos del territorio. Y, si encima los juntamos, formamos la unión perfecta ¿Por qué? Más allá de tratarse de dos componentes esenciales de nuestra dieta, la cobertura de huevo y pan protegen la carne del aceite caliente, obteniendo así una cobertura crujiente con un interior tierno y sabroso.
El toque argentino
¿Sabías que aunque no inventamos la receta, sí existe una milanesa nacional? Se trata de la reconocida milanesa napolitana. Aunque su nombre nos confunda, esta versión no proviene de ninguna región de Italia. Esta receta nació en el restaurante Nápoli de Buenos Aires a mediados del siglo XX.
Un cocinero quemó la milanesa y el dueño del local lo disimuló agregándole jamón, queso y salsa de tomate. Hoy, este plato es tan famoso que lo podemos conseguir en cualquier delivery de milanesas.
La gastronomía argentina, al igual que nuestra cultura, se compone en gran medida de estas recetas que llegaron de lejos, pero que adoptamos y adaptamos a nuestra manera. Aunque no sea una receta originaria del país, la milanesa es, sin dudas, un plato nacional.